Héctor Duarte Flores

Hola, mi nombre es Héctor Duarte Flores… me dicen Lalo, tengo 25 años y estoy en proceso de titulación de Ingeniería Comercial, y con muchísimos proyectos a futuro. Mi vida académica colegial se resume en mi estadía en el Colegio República de Siria, y en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, desde 7mo. Básico a 4to. Medio. Actualmente vivo con mi mamá, mi hermano y una prima (mi padre falleció cuando yo tenía 8 años). Soy feliz y agradecido de la familia que Dios me regaló. De ellos aprendí el catolicismo hasta que hice la primera comunión, desde ahí por tiempo y circunstancias mi familia se alejó de la Iglesia, por ende yo también… y comenzó – quizás- una de las etapas más difíciles que me ha tocado en mi vida. Este año, por esos misteriosos senderos del Señor; y con motivo de la asunción del Papa Francisco, en el Centro de alumnos de Ingeniería Comercial UC realizaron una actividad llamada “Café con…” Padre Cristián Roncagliolo. Hasta ese momento, mi vida era muy diferente, y después de escuchar las palabras del Padre Cristián sobre la DSI y los desafíos venideros, quise ir por voluntad propia (y por primera vez) a misa en el Templo del Sagrado Corazón, en el Campus San Joaquín. Desde ese momento, no dudé en inscribirme para realizar la confirmación en la Pastoral UC; fui por primera vez en mi vida a un retiro (Retiro UC) que dejó una huella imborrable en mí. Además, fui también por primera vez a un voluntariado (Trabajo País) y siento que ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. Me definiría como alguien muy inquieto, preocupado del bienestar social y gustoso de relacionarme con nuevas personas. Participo de algunas actividades en el Centro de alumnos de Ingeniería Comercial de la Católica; en actividades de emprendimiento e innovación en Jump y el Laboratorio de Innovación Social; participo en jornadas de formación en Solidaridad, y soy parte de un proyecto en la Pastoral al que le tengo mucho aprecio: Retiros UC. Sé que tengo mucho que aprender y un camino largo por recorrer, para mí estar en la Escuela de Líderes Católicos es una gran oportunidad para seguir aprendiendo a dejar la huella de Dios en mis actos del día a día.